Aconsejaba Maquiavelo, "A los hombres hay que acariciarlos o destruirlos. Cuando se ofende a un enemigo hay que hacerlo de manera que no se pueda esperar su venganza". Los del Comando Chuletón no saben quién era Maquiavelo y los de la gauche divine no lo han leído porque era un facha del Renacimiento. A Mourinho, desde que llegó a España, le han acariciado poco y las ofensas han sido muchas pero no han podido destruirlo así que ahora algunos empiezan a temblar y otros pretenden subirse al carro. A estos últimos habrá que cantarles aquello del juvenil Sabina, "Ahora es demasiado tarde, princesa. Búscate otro perro que te ladre, princesa". Con un perro, el de Eladio Paramés, ha pastoreado Mourinho al rebaño de periodistas y se ha convertido en el ídolo de Esperanza Aguirre en estos menesteres de tratar con la prensa. Ese duo que gobierna Madrid y el Madrid es el que pone de los nervios a la progresía y nos alegra a nosotros el día por eso y por muchas cosas más. Esperanza es el Mourinho de un Partido Popular que sigue en manos del valdanismo de Arriola y así les va. La calle y la televisión pública en manos de la mafia de los sindicatos de clase sin clase, del Sindicato del Himen fascio-feminista, la camorra de los Bardenes y la chavalada perro-flaútica.
Otro al que se le está mudando la color es el Pep aunque siga instalado en su atalaya de superioridad moral. Su cante pierde el compás aunque le sigan tocando las palmas sus palmeros. Los palmeros suben el volumen de las palmas para que no se note el desafinado cante de Guardiola pero ya no cuela. El de Sampedor tampoco ha leído a Maquiavelo, que él es más de Rabindranath Tagore. "Es fácil hablar claro cuando no va a decirse toda la verdad".
Yo de niño tenía simpatía por el Betís porque jugaba Cardeñosa que era de Villabrágima, como mi madre. "El Flaco" era un Matthew Le Tissier de Tierra de Campos que tenía más clase de la que su palmarés decía y que será recordado siempre por el gol que no metió a Brasil en aquel Mundial de Argentina que Videla le regaló a Menotti. Retirado Cardeñosa, mi simpatía por el equipo sevillano decayó, sobre todo mientras estuvo en manos de ese Señor Burns del Villamarín que era Lopera y eso que se llevó para allá a otro vallisoletano, Benjamín. Las aventuras y desventuras de Titi en Sevilla son conocidas por todos, la vida es un carnaval. Ninguna culpa tenía él de haber nacido en un barrio llamado Las Delicias.
Hemos visto un partido maravilloso en Sevilla, fluctuando entre el caos y el orden como el ensayo de Escohotado. Estos partidos del Madrid, plenos de emoción y energía, destruyen el anatema que situaba a Mourinho como rey del anti-fútbol. Infinitamente más interesantes para el aficionado imparcial partidos como el de hoy que esos monólogos frente a equipos muertos en los que el Barcelona parece la Carmen Sotillos de Delibes. Frente al desparpajo de un Betis formidable, el Madrid enfrentó las armas de un equipo que siempre se sobrepone a los golpes y tiene la pegada perfecta para buscar el KO en el momento adecuado. Un híbrido entre Julio César Chávez y Mike Tyson. Higuaín volvió a callar a los voceros del yerno de Maradona y Cristiano se regateó al virus de la gripe con la contundencia con la que coloca el balón entre los tres palos. Como diría Santiago Navajas, "bello, terrible y mourinhista". El mejor Madrid que han visto estos ojos
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