En Bilbao, a 150 kilómetros de Pamplona, donde jugaría horas
después el Real Madrid su partido contra Osasuna, se celebró una manifestación multitudinaria a favor de
los presos de ETA a la que, al parecer, asistió la mamá de ese Carlos Bardém
que había definido esa misma mañana como “fachamonguers” a un conjunto de
usuarios de Twitter que incluía a mourinhistas y liberales. Días antes aparecía en la revista digital
Jotdown una entrevista con Borja Sémper, presidente del PP de Guipúzkoa, en la que
mostraba que el carácter del pipero acostumbra a ir más allá de lo
estrictamente futbolístico. Dice Sémper sobre Mourinho: “Quería controlar el Madrid no solo deportivamente y su personalidad es
antagónica a la del Madrid”. Sobre Cristiano Ronaldo: “Hay actitudes que no me gustan. Cristiano es un líder, pero no me gusta
que no celebre el gol de un compañero. Un tío que se cae y se queja por
sistema. Yo no quiero eso para el Madrid. A mí me preocupa que los niños
quieran ser Messi y no Ronaldo”. Sobre el Real Madrid: “Mi Real Madrid es el de Casillas, el de Raúl
y, si me apuras, hasta el de Butragueño”. Todo esto aderezado con unas
gotas de añoranza por las formas y el verbo de Jorge Valdano. Sémper afirma que
entró en el PP deslumbrado por la figura de Gregorio Ordóñez. “Hablaba y la gente le entendía, lejos del
discurso manido de los políticos. Esa valentía y esa honestidad me deslumbraron.
Dos años después de afiliarme lo asesinaron. El más tonto del pueblo, Valentín
Lasarte, asesinó al más brillante, Gregorio Ordóñez. Una metáfora de la vida y,
desde luego, de la política en Euskadi”. A Sémper ese discurso contundente
de Ordoñez frente a ETA ya no le sirve hoy pues “el futuro en Euskadi se tiene que construir también con Bildu”.
Del mismo modo, el fichaje de Mourinho,
vino bien en “un momento de depresión
generalizado. Llega Mourinho, aquí estoy yo, a pecho descubierto” pero en
este momento resulta contraproducente para la imagen del Real Madrid. Es
evidente que no se trata de comparar las circunstancias, a Ordóñez lo
asesinaron con balas reales y contra Mourinho se usan sólo las dialécticas
aunque en ambos casos procedan de los más tontos del pueblo, pero resulta
significativa esa coincidencia en la conciencia del pipero de San Sebastián. Es
lo que Jon Juaristi llama “mentalidad resistencial” que consiste en la
necesidad de contar con la aprobación de los nacionalistas, en el caso de los
piperos del PP vasco, o de los antimadridistas en el caso de los piperos del
Real Madrid. Y ambas en el caso de Borja Sémper.
“Y me pregunté:
¿Eres un resistente?
Y me respondí, como
Troski cuando todavía iba a la sinagoga:
¡No lo quiera Adonai!!”
Sabemos por Plutarco que un ejército de ciervos dirigido por
un león es mucho más temible que un ejército de leones mandado por un ciervo
pero el Real Madrid llegó a Pamplona con un ejército de ciervos sin león al
mando. Ausente Cristiano, quedó el Madrid reducido a grupo de descontrolados
sin un objetivo claro. Cristiano es un “zan-ryū
Nippon hei”, uno de esos soldados japoneses que no se rindieron jamás al
enemigo por miedo al deshonor mientras el resto vaga por el césped como presos
en el patio de un penal. La primera
parte no resultó tan lamentable como la segunda aunque estuviera alejada del
canon de juego que los Harold Bloom de lo futbolístico se han encargado de
convertir en único. Esto que pasa hoy día en el fútbol sucedió en los 80 en un
deporte tan poco dado a las milongas como el rugby. El “rugby champagne” de
aquella selección francesa de Serge Blanco y Philippe Sella fue durante años el tiquitaca
futbolero de hoy, aunque afortunadamente sin componentes morales. Para suplir
la adrenalina que Cristiano produce en el juego tuvo que recurrir Mourinho a
tres jugadores, Higuaín, Di María y Callejón, buscando eso que los modernos
llaman “desmarques de ruptura”. El de Brest todavía no ha llegado, el rosarino
se fue y no volvió y Callejón es Callejón. Se sostuvo el equipo en el trabajo
incansable e impecable de Khedira al que seguirán ninguneando para pedir a ese
Javi García que es español y canterano. El único mensaje positivo que podemos
encontrar en ese truño es que en partidos como ése al Madrid le daban un baño
no hace mucho tiempo atrás.
Lo que queda por dilucidar ahora es si este Madrid será
capaz de mostrar otra cara en los partidos trascendentales de Copa y Champions
que se avecinan. Resulta fundamental que Mourinho sea capaz de salir de ese
estado de estupefacción en el que parecen haberle sumido el juego de su equipo
y la campaña miserable emprendida contra su persona. Para esta guerra se hace necesario que además del
león sobre el césped haya en león en el banco. Volvamos a Nietzsche: “La oposición contra el que se sale de la
norma es lo peor que se puede hacer pues será éste el que guíe el desarrollo de
la humanidad, el que tire del pelotón de la evolución, simplemente por el hecho
de que no está cómodo en la situación normal es un indicativo de que es un ser
superior, que busca un mejor lugar”. Donde el de Röcken dice “humanidad”
pongan ustedes “Real Madrid”. Ecce homo.
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